Imon Boy (1992) proviene del mundo del graffiti, alternando sus piezas callejeras con otros proyectos de estudio de forma paralela y enriquecedora. De forma autorreferencial, lleva al plano artís- tico todo aquello que le ha formado como persona a lo largo de su vida: videojuegos, internet, graffiti, amigos, cine, música, viajes, etc. La clave de su producción es la unión de todos estos elementos a través de la pintura, creando así fragmentos de su diario personal en cada trabajo.