LA OBRA INVITADA
La reciente restauración del lienzo de La Asunción de la Virgen, que desde 1748 colgaba del muro de la Epístola de la parroquia homónima de la villa de Puente Genil, ha supuesto una de las aportaciones más relevantes al conocimiento del acervo pictórico provincial cordobés. Se sabía que este lienzo de gran tamaño (240 x 210 cm.) había sido donado al antiguo convento franciscano de la villa por su fundador, el clérigo pontano Francisco Gil de Melgar (1570-1640), canónigo de la catedral de Sevilla conocido por su pública posición en favor del Patronato único del apóstol Santiago en España, que dejó su capital y librería para que el convento franciscano de su pueblo fuese una realidad. Por ello, el cuadro se venía considerando de escuela sevillana del XVII y realizado en vida del canónigo, en la segunda mitad de la década de 1630. Debió de haber estado primitivamente en la Ermita de la Vera Cruz, antecedente del convento franciscano pontanés antes de ser trasladado a la calle Aguilar, hoy Compás del Coro.
Dicha restauración, que ha devuelto la obra a su estado originario, ha puesto de manifiesto no solo que fue pintado al temple y que en origen representaba a la Inmaculada Concepción -Patrona de Puente Genil desde 1650 - sino especialmente que fue ejecutado por el artista montoreño Bartolomé Román (1587-1647), cuya vida transcurre prácticamente en Madrid, donde se formó al lado del italiano Vicente Carducho, cuya influencia, especialmente en los ángeles de la zona de gloria, se hace patente en el mismo.