Los artistas muestran trabajos rotundos desde distintas disciplinas (vídeo, dibujo, pintura, animación, fotografía, instalación, performance…) que suponen un camino de búsqueda y descubrimiento de sí mismos y sus posicionamientos ante el arte, el entorno o la vida en un constante cuestionamiento hacia lo establecido. Sus propuestas invitan a mirar de una nueva manera, lanzando retos al espectador y pidiendo su participación para adentrarse a nuevas formas de conocer.
Así, desde la videocreación hablan artistas como Tara Vari, que lleva a cuestionar la identidad, o Marta Pozas, que plantea la formación de los recuerdos. En dibujo se encuentran las propuestas rotundas y sensuales de Eduardo Urdiales y Julia Holtman. María Fernández y Ángela Esquinas abogan por la importancia de la participación del espectador como parte de la obra de arte. La pintura invade el espacio con las piezas de José Casas y Merishui. La animación se embarga de ironía en la obra de Alejandro Cantalejo, y aparece la posibilidad de adentrarse en el juego de la mano de Javideas. La fotografía de Laura G. Bautista traslada la estructura familiar desde una metáfora a las colmenas de los abejorros. La instalación de Ascensión ahonda en los maltratos producidos en las relaciones familiares. Lucía O’Brien hace reflexionar sobre el azar con su pieza que transforma lo pictórico en escultórico. Las fotografías intervenidas de Sandra Bravo hablan de recuerdos de una familia que se desintegra en su forma. Adrián Escribano interpela de forma directa sobre la importancia del encuentro. Julio López, desde el pirograbado, establece una reflexión sobre la normalización de la violencia en su Colombia natal. Bayron Llanos usa impresiones sobre placas de metal para hablar del funcionamiento y generación de la memoria. Irene Montero Cruz juega con lo kitsch para crear un vídeo clip de un grupo musical ficticio. Carlota Mula realiza una elevación de elementos cotidianos, y las esculturas de Guillermo Muñoz hacen reflexionar sobre identidad y género. Por último, Eduardo Ortega propone un juego con un palíndromo.
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