Proyecto fotográfico de Alejandro Sosa y Rafael Cortés que nació en Coria en 2013.

Reúne 400 retratos de personas de Coria del Río que llevan el apellido Japón, consideradas descendientes de aquellos samuráis que acompañaron a Hasekura Tsunenaga en la Embajada Keicho, primera misión diplomática de Japón a un país occidental. El juego con el signo de la arroba en el título de este proyecto fotográfico de se debe a la doble alusión al rastro dejado en Coria por los japoneses y al rostro del samurái que actualmente vive en Coria. El rostro del samurái es un concepto simbólico ya que se trataría del rostro de aquellos samuráis que están en el origen de la familia de ‘japones’ corianos.