Exposición de la carpeta “RETORNOS DE LO VIVO LEJANO”
La pasión de Alberti por la Pintura fue constante a lo largo de toda su vida. Su temprana vocación fue más o menos fecunda, según las etapas de su azarosa trayectoria vital, pero su atracción y amor por el arte pictórico fueron ininterrumpidos. Uno de los aspectos en que se manifiesta ese continuo interés es su vinculación con multitud de pintores. Sus contactos o relaciones de amistad, más o menos estrechas o intensas, en algunas ocasiones dio como resultado colaboraciones artísticas entre el poeta y varios pintores. Un caso especialmente significativo es el del gran pintor y escultor Antoni Tàpies (1923-2012), con el que mantuvo una amistad personal.
Fruto de la colaboración artística entre el pintor y el poeta es el magnífico libro que aquí se expone: Retornos de lo vivo lejano. Este proyecto conjunto del poeta gaditano y del pintor barcelonés se plasmó en un “libro de artista” (también son llamados “ediciones de bibliófilo”), editado en junio de 1977 bajo la dirección de Roberto Otero y Rafael Santos Torroella. En la publicación, el lenguaje artístico de Tàpies se combina con los versos del libro de poemas homónimo que Alberti compuso durante su exilio argentino entre 1948 y 1956. Los quince gouaches originales que Tàpies realizó para acompañar al poemario muestran su interés por dotar al arte plástico de la fuerza expresiva de la poesía, sirviéndose de su estética simbólica particular.