Vigilantes del espejo.
Las propuestas de estos jóvenes artistas se mueven en lenguajes diversos, combinando las propuestas escultóricas e instalativas y utilizando materiales y objetos cotidianos que se articulan entre si para dar lugar a montajes y formas que se despliegan por el espacio expositivo. Esculturas, poemas objetos, pero también fotografías y vídeos que proyectan una visión poética sobre la realidad desde la mirada de estos dos jóvenes creadores.
El proyecto de Julia Cantó se ha titulado 1/4 y en él conviven muebles frágiles y estructuras de madera herida, enseres quebrados y abundante material autobiográfico, tan elocuente como silencioso. La instalación reúne construcciones precarias, siempre manufacturadas, como respuesta ante el frío mobiliario industrial que rehúye empaparse de la historia de sus propietarios; también piezas de corte meditativo acerca de las herramientas con las que confeccionamos y atestiguamos nuestros lazos con los demás. Así, en 1/4 confluyen historia, memoria y la conciencia del sacrificio que supone el acto de compartir.
Oconograma, el título del proyecto de Alejandro de Pablo Ramírez es, ante todo, una propuesta instalativa que explora en las posibilidades funcionales y simbólicas de la palanca como estrategia lúdica con la que generar cambios diversos. El jugador, ante la ambigüedad de un juego construido a partir de sus propias decisiones, debe posicionarse, elegir qué resistencia vencer, debe decidir su punto de apoyo y palanca.