Obras de MANUEL CARVAJAL.
Cuarenta fotografías componen la muestra (siete en tamaño 100x70 cm y treinta y tres en 60x48 cm), aunque se trata según el autor de un proyecto abierto y que “se prolonga a lo largo del tiempo”. Todas ellas están copiadas sobre papel de algodón, con la intención de acentuar su carácter pictórico; asimismo, el proceso de postproducción ha sido mínimo, tratando de obtener el máximo potencial de colora o textura que haya captado la cámara. Las imágenes de la muestra representan el estado, hasta el momento actual, del intento de conseguir que la fotografía, que por su naturaleza siempre lo es de un elemento de realidad, trascienda ese vínculo y emerja como otro elemento, nuevo e independiente de aquel que la originó. Un elemento cuya eventual capacidad de transmitir una emoción al que la observa radica en sí mismo y no en aquel del que procede, que no es más una ventana al exterior, sino una expresión de la mirada con la que el autor experimentó la realidad que lo originó. Una ventana si acaso que asoma más al universo interior del que mira, que al universo externo que originó la imagen.