Las estrellas de esta muestra son los tres estandartes procesionales de Mena cuyos óleos se deben a los pinceles de Revello. Sobre unos diseños y bordados del taller de Leopoldo Padilla de 1948 se insertan dos creaciones del maestro del retrato fechadas en 1995. En caso del Cristo, y según el análisis del historiador del arte Francisco Jiménez Valverde. “Esta obra recrea el esplendoroso Crucificado de Pedro de Mena, donde se puede observar la pincelada suelta y etérea con tonalidades terrosas. La luz es protagonista, enfatiza el rostro y el pecho de la imagen. El tratamiento de la cabellera posee extraordinarias cualidades pictóricas”. En el caso de Ntra. Sra. de la Soledad, el pintor idealiza el rostro de la Virgen, y, a la vez lo humaniza, envolviéndolo en su tradicional toca donde despliega su maestría en el tratamiento pictórico de los blancos.
Junto a los estandartes, figura en esta muestra el frente de la procesión representado por la cruz guía de la Congregación, de 1948, con remates plateados del taller de Seco Velasco escoltada por dos faroles de 1990, diseñados por Jesús Castellanos y realizados por Seco Velasco.
También dentro de la sala, el visitante va a encontrar dos enormes reproducciones fotográficas con el Cristo y la Virgen en sus monumentales tronos que envuelven al visitante, así como dos maniquíes ataviados con la tradicional túnica de terciopelo negro de Mena. El de la sección del Cristo, con cíngulo blanco, porta una bocina, realizada por Seco Velasco en 1954 mientras que el diseño y bordado del paño se debe al taller de Leopoldo Padilla de 1948. El de la sección de la Virgen, con cíngulo dorado, porta una maza, también obra de Seco Velasco realizadas de 1945.
Tampoco falta la presencia de la Legión: un maniquí ataviado como suboficial de la misma junto al primitivo estandarte orlado con las banderas y guiones legionarios realizado por Leopoldo Padilla en 1948 y que se ha venido procesionando desde entonces hasta 2010.