Obras de Ana Barriga (Jerez de la Frontera, 1984)
"La vida del difunto" es la segunda exposición individual de la pintora jerezana celebrada en la Galería Yusto/Giner. En la primera, "Ni trono ni reina", celebrada en 2017, ya la artista atrapó al público con sus pinturas, por la intensa y veraz sensación de volumen y espacio que presentaban sus escenografías de objetos lúdicos y desclasados. Bodegones que componía y ensamblaba utilizando el humor, el juego y la ironía para crear situaciones impredecibles.
En su nueva exposición, "La vida del difunto", la artista sigue sintiendo la necesidad de construir esas escenografías o bodegones, mostrando una capacidad extraordinaria para generar representaciones llenas de símbolos y alegorías, directas o sutiles, marcadas por la ironía y lo caustico, en las que la artista nos habla de temas trascendentales en un tono divertido e ingenuo, como los que se refieren al amor, al desamor, la vida y sus derivas o la brevedad del devenir humano.
En sus obras trata de encontrar el equilibrio entre la razón y la emoción a través de una estética muy personal. Dos territorios aparentemente contradictorios que, al friccionar, generan un tipo de energía que le interesa. Procura moverse en el ámbito de lo lúdico y el juego, elementos muy importantes tanto en su trabajo como en su forma de trabajar. La artista recolecta objetos de mercadillos o tiendas de segunda mano para crear una especie de archivo de la cultura popular residual: juguetes de niños, objetos decorativos u objetos cotidianos desechados que posteriormente pinta, rompe, modifica y ensambla como si estuviera jugando, sirviéndose de ellos para poder transmitir una idea, creando las escenas en las que se basan la mayoría de sus pinturas. "Me considero una cazadora que selecciona los mejores objetos que desecha la sociedad. Intervengo los objetos de forma lúdica, con sarcasmo e ironía esto me permite restarle seriedad a temas relevantes para mi como son la muerte, la sexualidad o la religión. La manera en que manipulo los objetos, pinto y tacho mi propia pintura, remiten al modo en que concibo el propio acto creativo y, quizá, la propia vida"
La exposición "La vida del difunto" está compuesta por doce pinturas inéditas, la gran mayoría grandes formatos, realizados técnicamente en una especie de pintura mixta que funciona como sello personal de su trabajo. "Óleo, esmalte, rotulador, spray... Todo lo que me sirva para mantener esa sensualidad que tiene la propia materia". La galería Yusto/Giner utiliza tres de sus cuatro salas de las que dispone para mostrar el nuevo cuerpo de trabajo de Ana Barriga.