El arbolado urbano, los ríos y planos de agua y los espacios verdes son elementos muy significativos del paisaje urbano interior; tienen un peso importante en la calidad de vida, tanto por sus consecuencias ambientales como funcionales y escénicas. Las actuaciones públicas en estos elementos urbanos se han producido durante los últimos doscientos años, pero existen antecedentes más antiguos de gran importancia, como las alamedas, los primeros espacios verdes públicos de la ciudad moderna europea.
Aunque en hechos tan antiguos es difícil señalar un origen único e indiscutible, los primeros paseos urbanos llamados alamedas aparecen en España a mediados del siglo XVI; en Madrid y Valladolid se localizan quizás las primeras. También en Andalucía hay ejemplos pioneros: la Alameda del Corregidor de Córdoba, que puede distinguirse en la imagen a orillas del Guadalquivir, la inició en 1567 Francisco Zapata de Cisneros, realizador pocos años más tarde de la Alameda de Hércules de Sevilla.