Cincuenta años no son nada, que diría un castizo. Y parecen no serlo si tenemos la oportunidad de entablar conversación con Enrique Roldán, entusiasta y vitalista empedernido, amante del arte en donde quiera que se manifieste y fundador de la primera galería de arte contemporáneo que abrió en Sevilla un 2 de enero de 1965, hace ahora cinco décadas, para traer una bocanada de aire fresco al anquilosado panorama del arte sevillano y andaluz. Eran tiempos heroicos para cualquier joven galerista que, con una sólida formación en Bellas Artes y “le grand tour” hecho por Europa y Norteamérica, se adentrase, en el hermético mundo del arte sevillano. Pero entusiasmo en grandes dosis y el deseo irrefrenable de que nuevas promesas franquearan las altas murallas de Despeñaperros, decidieron a Enrique Roldán a abrir La Pasarela que pronto se convirtió en el escaparate en el que expusieron, por primera vez en esta ciudad, pintores cuyos cuadros tapizan hoy día los principales museos del mundo. Hablar de Luis Gordillo, Zóbel, Gerardo Delgado, Lucio Muñoz, Saura, Equipo Crónica o Carmen Laffon, entre otros artistas que pasaron por La Pasarela, es clara muestra de la importancia que tuvo esta galería en el panorama del arte contemporáneo. Detrás vinieron otros, pero la brecha ya estaba abierta. Ahora, con el 2015 recién estrenado, La Pasarela repasa una historia que se inició hace 50 años, también estrenando un año nuevo, el de 1965. Y lo hace en un escenario singular, La Huerta 9, un bar enclavado en pleno centro sevillano donde arte y gastronomía se funden en perfecta simbiosis. Enrique Roldán ha elegido a La Huerta 9, que ha custodiado en sus paredes los carteles de las exposiciones que se celebraron en La Pasarela, como el lugar en el que exponer el legado que todavía celosamente conserva de aquellos años. La imagen corresponde al cartel de la primera exposición que se hizo, el 2 de enero de 1965.