De Rafael de la Torre Carrasco.
Rafael de la Torre Carrasco, maestro de profesión, nació en Villacarrillo aunque pronto se afincó en la ciudad de Jaén. Desde su más tierna infancia una auténtica vocación fue gestándose y desarrollándose, la de la pintura. Hablo de vocación en el sentido lato de la palabra, una llamada que exigiendo una respuesta se transformaba en una necesidad, la necesidad de pintar. A lo largo de su trayectoria artística ha recibido la influencia de las grandes obras de la pintura en una formación eminentemente autodidacta. La exposición LUZ, SÍMBOLO Y ROSTRO nos presenta la obra de madurez de un artista que domina el oficio, pero que sigue en continua búsqueda.
La técnica del pastel, que utiliza con su capacidad de reproducción total de los tejidos, las formas, la textura y la luz, junto con su dominio del dibujo, le permiten expresarse de un modo realista y vívido; esto se manifiesta en el arte del retrato, del que se muestra como un consumado especialista, y en aquellas obras en las que muestra el paisaje urbano o algún detalle, sito en algún lugar del la ciudad del Santo Reino, un Cristo, una ventana. Sus trazos precisos y el color de sus obras permiten que podamos hablar de un realismo con alma.