La muestra contempla retratos realizados por Revello entre 1959 y 2006 con el objetivo de hacer un homenaje a la mujer malagueña.
Del primero de los años citados es el retrato de Janine Prelaz, ataviada con un vestido negro. Un año más tarde, Revello inmortaliza el rostro de Blanca Fernández-Canivell, en el que destaca su profunda mirada. En 1968 posa María Paz Temboury, momento en el ya aparecen los peculiares blancos del artista. Un retrato especial es el que Félix Revello realiza en 1973 a su prima Nena Huelin, que durante muchos años le sirvió como modelo. Trinidad García-Herrera es retratada por el pintor al año siguiente, donde de nuevo están presentes sus blancos. Del año 2000 es la obra dedicada a María Dolores Soler donde el artista se atreve con un color tan comprometido como el azul.
La obra más original y de mayor ambición de las expuestas es el retrato de gran formato de Francisca Manzano junto a su nieta María del año 2002. Ambas figuras se recortan sobre el paisaje de una Málaga pujante y dinámica. Otro de ellos es el de la actual consejera de Economía de la Junta de Andalucía, Carolina España, que posa para el maestro en 2005. Finalmente, el retrato de Pilar Díaz Bueno, fechado en 2006, muestra la evolución del pintor en el tratamiento de la pincelada que ya resuelve, en la indumentaria, con unas magistrales manchas con toda la amplia gama de sus famosos blancos.