El califa al-Hakam II recibe en el año 962, con todo boato, a Ordoño IV de León, que viene a reclamar, en vano, el apoyo omeya contra su primo Sancho I, puesto en el trono de ese reino por el padre del califa, Abd al-Rahman III, unos años antes. La corte Omeya es el referente político, cultural, social y económico de toda la Península y más allá, trascendiendo fronteras y credos.