Antonio Belmonte
La muestra que presenta se ve envuelta en una atmósfera única donde conviven moradores, sombras nómadas sin una forma concreta.
En su pintura se puede observar paisajes introspectivos que surgen de la propia búsqueda interior que el artista hace de sí mismo. En el paisaje hay ausencia de referencias arquitectónicas y de un contexto socio-cultural. Los horizontes se muestran como una ventana donde asomarnos, trascendiendo más allá de la propia naturaleza. Las sombras humanas que aparecen despojadas de vestiduras y de cualquier contexto socio-cultural, son también seres anacrónicos y universales. Los seres expresan emociones. En algunas obras podemos percibir en ellos alegría a través de bailes y movimientos cargados de efusividad, sin embargo en otras, las sombras aparecen contemplativas, receptivas, expectantes. El autor representa de este modo sus propias emociones, pudiendo empatizar el espectador con él a través de sus pequeñas criaturas, mediante lo psicológico del paisaje, de las emociones que estos moradores de otras tierras nos transmiten.