El artista veleño, Eduardo Roberto, presenta esta obra compuesta por un total de 70 obras; 44 pictóricas y 26 esculturas, donde se muestra su evolución intelectual.
Explicó que “la mayoría de las obras son producto del confinamiento, aunque yo las llamo de ermitamiento, igual que un cangrejo ermitaño se mete en su concha, aproveché ese tiempo con la idea del artista ermitaño, como un ser que se dedica a la contemplación y crea, esto también me ha llevado a darle un aspecto religioso incluso inquisitorio, con algunos objetos que recuerdan a la inquisición pero no son nada más que objetos que nos hacen pensar, que quieren captar un instante; la tensión, el equilibrio, el sacrificio, etc”. En definitiva cuatro colecciones muy diferentes, pero unidas en su conjunto son una obra de arte, añadió el autor.