Los artistas, Miki Leal y Charris, han logrado que la exposición National Geographic, organizada por el Aula de Artes Visuales de la UGR, se convierta en un conjunto de experiencias vividas a lo largo del mundo. Por esta razón, se divide en cuatro secciones generales que, de manera real o imaginaria, han transitado los artistas. A partir de estas diferentes vivencias, tanto uno como otro han generado trabajos vinculados al viaje que hoy resultan fundamentales para entender su trayectoria.
Aunque ambos se han movido con profusión por Europa, para esta muestra se han seleccionado dos proyectos que comparten un elemento común: seguir la pista de alguien a quien se admira. En el caso de Charris, rastreando la huella del pintor Leon Spilliaert en Bélgica, sobre todo en la ciudad flamenca de Ostende. En el de Miki Leal, recorriendo desde la Costa Azul hasta la Selva negra en busca de dos cabañas, primero la de Le Corbusier y luego la de Heidegger, recorriendo seis mil kilómetros desde Francia a Alemania en una moto BMW.
Este último tuvo un tío misionero en este continente que constantemente le enviaba souvenirs, objetos africanos que impregnaron algunos de sus recuerdos más sentidos de infancia. Su casa familiar estaba repleta de elementos originales como máscaras, colmillos labrados, muebles hechos a mano, escudos suajili o telas de vivos colores.
La influencia de Miki en la idea recurrente de huida, asociada a un Paraíso anhelado, es uno de aspectos más interesantes de su obra. En los últimos años Charris ha peregrinado en varias ocasiones hasta las islas del Pacífico para conocer de primera mano los Mares del Sur, ese territorio idealizado que sedujo a escritores como Stevenson o pintores como Gauguin atraídos por la búsqueda de una Naturaleza primitiva.