Esta es una muestra del reencuentro del pintor granadino Manuel Ángeles Ortiz con su ciudad tras su vuelta del exilio. Esta exposición recoge la experiencia del artista tras volver de Estados Unidos en agosto de 1958 a la Granada de su infancia y adolescencia. En un renovado contacto con el paisaje y la cultura de la ciudad, que Ortiz calificó de «puro idilio», decidió́ emprender una serie artística que llamó Albaicines y que se extendería de manera fecunda hasta los primeros años de 1970.
Albaicines recoge un amplio número de obras concebidas en distintos soportes y técnicas. Manteniendo una mirada hacia lo natural y con el uso de panorámicas amplias y distintos enfoques lumínicos, Ortiz retrató el barrio a través de un dinámico entramado de estructuras geométricas. El resultado es una suerte de imágenes de potente gráfica vanguardista, donde construye una nueva tridimensionalidad, a la vez que son una idea emotiva y lírica cargadas de poética personal. Las obras exhibidas, en parte inéditas hasta ahora, son demostrativas de ello.
La multiplicidad de Albaicines nos transmite un fundamento esencial: la obsesión y el deseo de Ortiz por ahondar y descubrir nuevos parámetros estéticos. Así, en los dibujos y estampas seleccionados se descubren, por un lado, ejercicios de experimentación que servirían a Ortiz como proceso mental de creación con distintos propósitos y, de otra parte, la concreción artística final validada por el autor. Los óleos y el papel recortado constituyen la consecución máxima de ese anhelo.