Esta exposición pone en evidencia cómo a partir del reinado de Abderrahmán II, la península ibérica se nutrió de importantísimas aportaciones y “modas” procedentes del Oriente musulmán, dando lugar a siglos de riqueza cultural y científica sin paragón que nos acompañan hasta nuestros días y que, sin lugar a duda, marcaron o forjaron nuestra actual identidad.