Pedro Luís Raota resaltó en cada foto lo que de drama y comedia tiene la vida cotidiana de la gente sencilla, componiendo en muchos casos las escenas como si se tratara de una película, llegando a decir: “Un fotógrafo piensa una imagen y si no existe la crea al igual que un director de cine”. Figuró durante muchos años entre los diez primeros del ranking de la Sociedad Fotográfica de América, cosa jamás lograda por nadie, y se convirtió con sus más de tres mil premios en leyenda viva de la fotografía de la segunda mitad del siglo XX.
Escudriñó en lo más hondo de los sentimientos humanos, que mostró como pocos en el mundo. Su fotografía humanista, narrativa y reflexiva, resaltó lo que de drama y comedia tiene la vida cotidiana de la gente sencilla.
Raota nació en Presidencia Roque Sáenz Peña, en la provincia del Chaco (Argentina) el 26 de abril de 1934; allí cambió sus proyectos para estudiar Derecho por la cámara y marchó a la ciudad de Villaguay donde aprendió todos los secretos de la fotografía con Quique Fabra. A los 24 años ganó su primer concurso y en 1968 consiguió el premio de la Bienal de Monza (Italia), iniciando la imparable carrera que le llevó al número uno de la concursística internacional, destacando la Copa de Europa que obtuvo entre 50 mejores fotógrafos del viejo continente. Falleció un martes 4 de marzo de 1986 en Buenos Aires.