Fotografía de MANUEL ALCAIDE MENGUAL.
Se trata de retratos en los que el rostro no identifica a un sujeto real, sino a un sujeto desfigurado, anónimo y no reconocible. Bajo este planteamiento estético, los objetivos de la serie son reflexionar sobre la disolución del Yo y la alteración de la identidad, introducir en el retrato elementos de violencia y opresión que remiten a la presencia de una tercera entidad no retratada, responsable última de la desfiguración de los rostros. Esta sugerencia se repetirá a lo largo de toda la secuencia como un elemento común a todas las imágenes. Esto quiere reflejar la despersonalización alienante de las sociedades contemporáneas. El dejar de lado tu Yo, supone la transformación del individuo en algo distinto de lo que en realidad es, la alteración y deformación de su auténtica conciencia e identidad. Es el triunfo de la multitud sobre el individuo. Es el autoengaño cotidiano de la manipulación acometida sobre el ser humano. La alteración de nuestro Yo provoca un estado de desasosiego común a nuestra contemporaneidad. Pero es sólo desde este posicionamiento desde donde podemos romper esta externa identidad.