Fotografías de Antonio Pérez
En Accra la capital de Ghana, se encuentra el cementerio electrónico de Agbogbloshie, montañas de basura electrónica llegadas de Europa y de Estados Unidos, toda esta tecnología obsoleta llega a Ghana un país donde la brecha digital es enorme. Los trabajadores, adolescentes y niños, de manos pequeñas y ágiles, trabajan en la zona contaminada y sin ningún tipo de protección. Estos forman parte del tercio de la población que viven por debajo del umbral de la pobreza. Entre las altas temperaturas de la zona, por el trópico y por los miles de fuegos que envuelven la zona de humo negro reciclan todo el material a base se golpes, fuerza y, de quemar todos los materiales plásticos para sacar los metales, aluminio, hierro y en particular cobre el más preciado y el más caro. Las pequeñas porciones de cobre ya limpios son compradas por comerciantes locales y cuando tienen una cantidad mayor que les permite llenar un contenedor, vuelven a ponerlas en el mercado internacional y por supuesto de nuevo en Europa y Estados Unidos