La historia de la emigración de marroquíes a España está cargada de relatos duros, a veces terribles. En nuestro imaginario colectivo se repiten escenas de hombres y mujeres trabajando por un futuro mejor, pero también de familias rotas y tragedias en las aguas del estrecho de Gibraltar. Los jóvenes más enérgicos y audaces, probablemente el sector de población más importante para el desarrollo de una nación, abandonando su tierra para trabajar la de otros. Dejando a un país huérfano de juventud.

Pero esta historia también tiene otra cara. La que nos muestra la exposición Rostros del nuevo Marruecos de aquellos que dejaron su casa para crecer, para convertirse en personas mejores, y que volvieron para luchar por sus sueños en su tierra natal. Hombres y mujeres, desde empresarios a trabajadores sociales, que rompen el estigma de una generación emigrante y nos muestran el futuro más esperanzador de Marruecos. Una generación de “nuevos marroquíes” con el potencial de convertirse en líderes de un nuevo y mejor país.