Exposición fotográfica de de Ana Gouveia y Juana Martín.
El arte nos permite que una exposición cuyo tema central, las flores, tenga un título que nos remite más a la melancolía que a la esperanza de renovación vital que promete la floración primaveral. En esta propuesta creativa encontramos la fusión de elementos antagónicos a través de la intención de las artistas que incitan a la reflexión, a un movimiento emocional en quien posa su mirada en estas delicadas y sugerentes fotografías.
En su conjunto, esta exposición fotográfica propicia un anhelo que se sitúa en el futuro, en una anticipación de lo que vamos a sentir. El alma humana, el alma de las artistas, reconoce sus recorridos internos y sabe qué vendrá después, no pudiendo evitar que el gozo del momento presente quede ensombrecido por esta anticipación: no hay saudade por lo que se fue, sino por lo está y sabemos que ha de irse, de marchitarse.
Con la delicadeza y profundidad de lo sencillo también nos sitúan ante una promesa de renacimiento, un motivo para la esperanza: cada año la primavera vuelve aunque su espera esté teñida por ese anhelo que le da título a la exposición: saudade.
Cada una de estas flores se convierte, a su vez, en un símbolo de la ternura, de la fragilidad de la belleza, de la melancolía de lo efímero. Este ha sido el punto de encuentro de las dos artistas que aúnan su obra en una única exposición, compartiendo y transmitiendo un sentimiento común. De tal modo que esta exposición nos habla de cómo el arte, en este caso la fotografía, se convierte en un puente que,gracias a dos amigas, que crean juntas, alimenta lazos afectivos entre dos pueblos llamados a ser hermanos.