Se percibe y experimenta el entorno y las cosas que lo rodean en el aquí y ahora, a través de los cinco sentidos y a medida que se aleja de estos, la capacidad para percibirlos, se va perdiendo en cada modalidad sensorial, de una en una.
Primero desaparece la capacidad de saborearlo, después de poder tocarlo, si se sigue alejándose del objeto, se pierde la capacidad de olerlo y oírlo, por último, se deja de ver y ahí es cuando la cosa se pone interesante. ¿Como se puede percibir algo tan alejado, que ni siquiera puede verse?, usando la imaginación. Alberto Ruiz de Samaniego, describe en su libro “Hacerse a la idea” las diferentes transformaciones perceptivas que le producían días tras días, contemplar el paisaje que le ofrecía la Isla de Ons desde la orilla de la playa. Así la persona que observa se convierte en creador de su propio paisaje.