Obra de los años 60, 70 y 80

Exposición que analiza en profundidad los trabajos de la artista durante su época más geométrica, de finales de los sesenta a principios de los ochenta.

José Guerrero siempre estuvo muy atento a la evolución de la joven pintora española Soledad Sevilla. Sus exploraciones a partir de la abstracción geométrica eran entendidas como un ejemplo de rigor no reñido con la más acusada sensibilidad plástica. Esta exposición querría revisar monográficamente la primera obra de Soledad Sevilla, de finales de los sesenta a principios de los ochenta: desde sus inicios hasta el cruce de polaridades que progresivamente irían ganando terreno en su trabajo, del rigor del método a la improvisación, las luces y las sombras, el día y la noche, etc. En la primera etapa obtuvo aprendió a realizar tanto productos acabados como abiertos, composiones reiterativas con progresivos giros, desplazamientos, etc. Ya en los setenta evolucionó patiendo de imágenes previas como las de la serie de las Meninas en la que componía cada cuadro a partir de un minucioso análisis constructivo y mediante la aplicación de unos pocos planos de color, los necesarios para plantear la definición espacial requerida. Por último en los 80, investigó el paisaje a través de tramas y retículas que exploraban los espacios, como en la serie de la Alhambra: búsquedas mediante ritmos, tramas, variaciones de unos y otras, alternancias, creación e interrupción de desarrollos lineales, etc. La exposición estará coproducida por el Centro José Guerrero y el Patronato de la Alhambra y Generalife, por lo que aparte de las obras presentes en el Centro José Guerrero, se expondrán unas instalaciones de Soledad Sevilla en la Casa Horno de Oro.