Federico Guzmán y la carrera de las plantas
Conformada por un amplio conjunto de obras en diferentes formatos realizadas por Federico Guzmán (Sevilla, 1964) en las dos últimas décadas
El verdor y su capacidad vital creadora, como concepto y estética, recorre toda esta exposición, desde la obra más temprana, Yagé (2000) hasta la más reciente, Himno a Gaia (2022). Los remedios naturales, las plantas medicinales, los efectos terapéuticos de la ayahuasca y de otras hierbas con propiedades mágicas y curativas están presentes mediante piezas realizadas en diferentes medios y formatos.
Así mismo, la violencia del mercado y las catástrofes ecológicas son investigadas desde una particular óptica en algunos proyectos desarrollados a lo largo de la primera década del siglo XXI. Así ocurre con El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos, que inspira trabajos como Miss Malandra o la instalación escultórica La bella embalada; los monocultivos que todo lo unifican y agotan; la pérdida de biodiversidad; la contaminación de la industria alimentaria o el desastre de Aznalcóllar que contaminó Doñana, que resuena en obras realizadas con alpechín, el líquido residual de la industria aceitera.
La exposición también dibuja un intento de unir lo espiritual y lo carnal mediante proyectos como Tomaco, lo humano y la naturaleza en Hombre = árbol, pero también lo terrenal con lo universal mediante sus impresionantes lienzos titulados Logos, que revelan las experiencias, la curiosidad y el compromiso del artista con las enseñanzas de las plantas.
La pieza de Guzmán fechada en 2006 que da título a la muestra, Sombra verde, simboliza el aprendizaje a través de la experiencia directa de la naturaleza, y se inspira en textos del ensayista norteamericano Hakim Bey. El subtítulo abunda en la educación botánica que reciben los jóvenes destinados a convertirse en curanderos dentro de la comunidad ingá del Putumayo (Colombia).