Sputnik: la odisea del Soyuz 2 llega a la colección del museo ruso para mostrar uno de los episodios más enigmáticos de la conquista del espacio
La exposición incluye objetos, fotografías y documentos inéditos que permiten reconstruir la desaparición del cosmonauta soviético Iván Istochnikov, víctima de una operación fallida de la nave Soyuz 2, uno de los episodios más trágicos e increíbles de la historia de la conquista del espacio: la desaparición del cosmonauta Iván Istochnikov en 1968 en pleno vuelo, víctima de una operación fallida de la nave Soyuz 2.
Producida por la Fundación Sputnik de Moscú, la exposición, está comisariada por el profesor Joan Fontcuberta, representante de esta institución en la Unión Europea, y coordinada por Sem Kostakovich, colaborador en España y Portugal de dicha fundación.
Uno de los más enigmáticos episodios de la carrera espacial es la epopeya de la Soyuz 2. Esta nave se lanzó al espacio el 25 de octubre de 1968 con el coronel Iván Istochnikov y la perra Kloka a bordo. Por motivos aún desconocidos, el cosmonauta desapareció al intentar llevar a cabo el acoplamiento en órbita con la nave gemela Soyuz 3.
Las autoridades soviéticas no quisieron reconocer la pérdida de un hombre en el espacio y arguyeron que la Soyuz 2 era una nave manejada por control remoto y sin ningún piloto a bordo. Para dar crédito a esta versión, las fotos de Istochnikov fueron manipuladas, los compañeros, chantajeados y la familia fue confinada a Siberia. A efectos oficiales, el cosmonauta Istochnikov no habría existido nunca. La historia se reescribía según los dictados de unas oscuras “razones de Estado”.
Solo con la caída del comunismo y la llegada de la perestroika terminó el pacto de silencio que se había cernido sobre la misión de la Soyuz 2 y la inexplicable desaparición del piloto Istochnikov. En los años noventa, la glásnost permitió desclasificar los documentos secretos y los investigadores pudieron recuperar el hilo de los acontecimientos.
A partir de los datos actualmente disponibles, la Fundación Sputnik, creada al amparo de la perestroika para esclarecer casos oscuros del programa espacial soviético, ha reunido objetos, fotografías y documentos inéditos, que se presentan en esta exposición y que permiten reconstruir por completo esta apasionante y trágica odisea, que todavía hoy resulta absolutamente increíble.
Joan Fontcuberta, representante de la Fundación Sputnik y comisario de la exposición, explica: «Más allá del esplendor del cosmos y del cariz épico revelado en estas imágenes rescatadas de la censura y de la propaganda soviética, esta exposición es también la denuncia de una gran impostura. El espectador atento no dará crédito a sus ojos. La fotografía contribuye a la construcción de conciencias, pero, por encima de todo, nos habla de su propia fragilidad como documento. Aquí vemos cómo un poder totalitario manipula la información y utiliza la tecnología para tergiversar la realidad, pero, de hecho, es toda la credibilidad de la imagen fotográfica lo que queda críticamente en entredicho».