Una exposición de Tete Álvarez, uno de los artistas españoles que con mayor acierto y hondura trabajan en el análisis de la imagen mediática y su repercusión en el campo social y político.
En Star System se dan cita dos universos aparentemente contradictorios. En un mismo escenario confluyen las imágenes que el telescopio espacial Hubble obtiene del espacio profundo, y por otro lado las imágenes de los selfis que navegan entre las RRSS.
Con dicho material se urde este tapiz de constelaciones, este sistema de estrellas que iluminan a diario el banal acontecer de la existencia.
Esta querencia por abrir la lectura de la obra, por dilatar su recepción en un amplio registro de ecos es otra cualidad de su trabajo, así como la licencia que le permite navegar entre distintas series. Aquí es de recibo traer a colación una obra precedente –¡Hale-Hop! (1997)- puesto que ambas desde momentos distintos aluden al espectáculo –esta última en referencia al mundo del circo mediante tres peanas para animales- no como un conjunto de imágenes, sino como una relación social entre personas mediatizada por imágenes. El sesgo alegórico al que nos tiene acostumbrados, que en este caso viene a señalar la dificultad de disociar la experiencia de la realidad de su impostación o simulación, permite al autor seguir nutriéndose de metáforas originarias del universo escenográfico. Ya lo hizo en Grandes teatros del mundo (1997), en alusión al célebre texto calderoniano, sugiriendo que el espacio destinado a la representación ya no se sitúa sólo en la caja negra de los teatros –o en la fábrica de sueños de los estudios cinematográficos- sino en cualquier punto del mapa social.