Tengo un plan B, de Tomas Cordero, será la primera de las cinco muestras que completen la programación de arte contemporáneo en la sala Siglo XXI hasta finales de año.
La exposición se compone de pinturas, esculturas, así como de textos proyectados en las figuras y sonido ambiente, todo ello destinado a captar los sentidos del observador para convertir la visita en una experiencia.
El artista busca transformar el cuerpo humano en múltiples estados de personalidad, para ser repensado, reestructurado, reconstruido y modificado genéticamente y así proyectar un nuevo atractivo personal.