De FRANCISCO LIRA
«Trazas de pensamiento» subtitula el autor sus Estilemas.
En palabras de Miguel Ángel Cuevas, «Trazas de pensamiento» subtitula el autor sus Estilemas. (Breve palabra, pero excesivo discurso, demasiado lenguaje hay en este mi inicio de ilustración verbal de las obras de Pisco Lira: autor, estilema, pensamiento.) Partamos del final: «Pensar lo diverso de lo diverso» se lee inscripto (no, sin más, escrito) en un estilema. “Los artistas han de realizar –anotaba Pier Paolo Pasolini– obras extremistas, tales que resulten inaceptables, incluso para la mayor amplitud de miras posible de cada nuevo poder”. Sigamos retrocediendo: estilema. No nota distintiva del estilo autorial o epocal, sino –en buena semiología– unidad mínima de estilo. Indaguemos ahora: en el pensar, en el decir, indiscernibles. Estilo: rasgos de la dicción, disposición del pensamiento. En una serie anterior de imagetextos, titulada Historia de los colores (artefactos menos austeros, más coloridos que los Estilemas) hallamos dos inscripciones, dos secuencias de palabras plasmadas en forma visual, dos textimágenes (tanto vale la inversión) que nos sitúan tras la pista (tras la traza): «El texto, el simulacro», «La escritura, la ausencia». He aquí el estilo, el hondón del estilema: en su apariencia mínima, que es la de una evanescencia emplazada. Dispongámonos pues a continuar el rastreo. El autor. Quien reconoce magisterios, en estos avatares del pensar y el decir: el maestro Agustín (García Calvo), el maestro José (Bergamín); o lo que es lo mismo: ritmo y cadencia breve del acento y de la idea, dígase métrica del aforismo. Los decires ritman el pensar, los sentidos escanden la palabra; no raramente esta tensión se traduce en secuencias endecasílabas. De modo que las trazas o fragmentos o residuos del pensar no son sino ritmo, hálito: Sino simple vivir que el tiempo niega. El artista, el autor (volvamos a Pasolini) es una bestia da stile, un animal de estilo: sus ritmos, de agudos, devienen estilete, punzón; que en su apariencia leve, delgada, delicada, saja y penetra: ahonda. Cierto es, como se lee en una de estas redes de lenguajes, que aquí se juega con fuego. Redes, o rejas de lenguajes, como poemas de Paul Celan. Justo en el estilema que digo (y no es el único caso) comparece rotundo el gris, “el color que sustenta la piedra” como afirmara Jorge Oteiza: la piedra, la materialidad visible de la forma, la tangible substancia del mundo. (Pero el trazo plástico del estilema es puro constructivismo decantado, sin cesión informal alguna.) Acaso sean las trazas lo único que nos es dado percibir, las geometrías estilizadas de superficies y pigmentos, la alusividad a menudo elusiva de las letras. Los estilemas de Pisco Lira nos dan visible materialidad, substancia tangible de ritmos y sentidos.