La nueva exposición del Museo acerca al visitante a la obra de este prolífico artista, de excelentes reproducciones facsimilares de los originales dispersos por museos e instituciones de todo el mundo. Más de una veintena de cartas seleccionadas junto a un adecuado complemento de igual interés y calidad. Varios cuadernos de dibujo de Van Gogh que van desde su época de colegial aficionado al dibujo hasta su etapa de madurez. Un salvaje del color ahora mostrado, negro sobre blanco, en rotundos trazos de carbón. De sus dibujos y de sus textos va esta exposición que ahonda en la estrecha relación del artista con Theo van Gogh, su gran protector, su primer valedor.
La obra de Vincent van Gogh en la exposición
Asiduo del género epistolar, su abundante correspondencia pone de manifiesto la excelencia de su escritura. Una calidad de la que el mismo Van Gogh era plenamente consciente, no en vano pidió a los destinatarios de sus misivas que las conservaran.
De las 820 cartas escritas por Vincent van Gogh conservadas, 651 estaban dirigidas a su hermano Theo, su interlocutor por excelencia en lo personal y en lo estrictamente artístico. A estas habría que añadir otras siete que tenían por destinatarios tanto a su hermano como a su cuñada.
A través de estas cartas se asiste, desde dentro, a la evolución del artista así como a los vaivenes de su compleja personalidad. Sus dudas, su necesidades, sus sueños, sus esperanzas, sus desengaños, su tenaz voluntad, sus flaquezas y sus caídas.
Pero es que, además del contenido de textos, esta correspondencia va, con mucha frecuencia, acompañada de pequeños dibujos realizados al hilo de su vida contextualizada en su entorno, de bocetos de obras suyas también, incluso de obras relevantes, icónicas como la conocida ‘Habitación de Arles’