Fotografías de Juan Gutiérrez.
La muestra aúna alrededor de una veintena de instantáneas en las que este especialista en el retrato fotográfico, “orante de piedra” en términos de Francisco Moreno Galván para quien “el cante es una música... que tiene sonidos negros”, “participa en el rito, en la ceremonia y guarda sus tiempos litúrgicos” captando al cantaor cuando “alcanza el duende, el aire y el tiempo se paralizan” e inmortalizándolo para la posteridad. Las fotografías de Juan Gutiérrez son ventanas abiertas que muestran el clímax tanto de cantaores y bailaoras, así como el toque: toda la estética del Flamenco, el alma de lo Jondo. Gutiérrez capta la acción con una mirada observadora, el movimiento, la energía del arte en las expresiones, los rostros, el cuerpo, las manos, el genio y la magia con una extraordinaria habilidad, tratando de definir lo indefinible, intentando llegar a las raíces hondas y profundas, que no se ven, de los sentimientos. Su vocabulario es el gesto, el grito, el lamento, el movimiento, donde la imagen permite ver cómo lo humano se dignifica en unas instantáneas que describen lo más profundo de un ser en movimiento o estático pero que muestran al objetivo toda su esencia, y siempre atrapados por el duende.