Tras los proyectos de rehabilitación a cargo de la Armada, la sociedad civil puede volver a visitar este Bien de Interés Cultural, una almenara medieval dedicada a la vigilancia por tierra y mar y el intercambio de mensajes.
Es una actividad no recomendada para personas con vértigo o problemas cardiacos, ya que se accede a través de una escalera de caracol de 18 metros ciega.