Acrílicos sobre tabla de María Guijarro.
Con la intención de crear poesía a través de su pintura, María Guijarro presenta ésta serie de desnudos femeninos con inspiración japonesa.
Cada uno de los cuadros tiene como base una emoción sensorial expresada a través de un tanka escrito por una poeta japonesa, reflejo de la impermanencia de las cosas y de los seres de éste mundo.
Todas las obras giran en torno a los cuatro colores básicos con los que comenzó la historia del color en Japón: rojo, negro, blanco y azul, los cuáles no identifican una tonalidad, sino con cuánta claridad es suficiente ver cualquier imagen.
El rojo representa el erotismo, intentando establecer entre la obra y el espectador un contraste que impacte, el azul lo femenino, el blanco la eternidad y el negro el antes del comienzo o el origen de las cosas.
Algunos de los cuadros son reinterpretaciones que la artista hace de fotografías de Nobuyoshi Araki como reflejo del erotismo y del deseo femenino.