La carrera de cintas a caballo tiene lugar cada año el día 8 de septiembre, día de la Patrona del municipio malagueño de Fuente de Piedra.
El día se inicia con disparos de cohetes y repique de campanas anunciando a la población que es el día grande. Tras la diana y pasacalles, a las 11 tiene lugar en el templo parroquial la Misa en Honor de María Santísima de las Virtudes, al término de la cual se procede a una ofrenda floral en la que participa todo el pueblo.
A partir de ese momento, en cualquier rincón del municipio hay espectáculo, reparto de sangría, concurso de pintura para los pequeños, concurso de "porra" majá a la antigua, pandas de verdiales que van animando por las calles, cucañas y un sinfín de actividades diversas. Pero a las seis de la tarde todo el pueblo se concentra en torno a la calle Ancha, donde se celebrará la Carrera de cintas a caballo.
Las "manolas", mozas que acompañan a los caballistas, hacen el "paseillo" junto a la banda de música y una vez acomodadas en el palco empieza el espectáculo. Casi todo el pueblo está presente, sólo algunos faltan, los encargados de vestir y "pinchar" las flores en el trono de la patrona. Cuando la carrera finalice, la Virgen estará prácticamente dispuesta para salir en su procesión anual por las calles del municipio.
La carrera de Cintas a Caballo se inspira en las "Justas y torneos" medievales. El juego, originalmente, consistía en acertar a introducir la punta de la lanza en uno de los aros metálicos que colgaban, atados por una cinta que se anudaba con un falso nudo atravesado, lo que permitía que éste saltase sin dificultad cuando la lanza atravesaba el aro y topaba con el cubremanos.
Fuente de Piedra, fundada oficialmente en 1.547, ha venido celebrando la Carrera de Cintas a Caballo desde su aquellas fechas. De hacho en 1898, el Diario de la provincia (Málaga), recogía el carácter singular de las fiestas patronales de Fuente de Piedra, precisamente por la singularidad de su Carrera de Cintas a caballo, añadiendo, en aquel entonces, que éstas se venían celebrando desde tiempo inmemorial y constituían una atracción para los pueblos comarcanos.