La celebración del Corpus debió iniciarse en Priego a mediados del siglo XVI y seguramente fue promovida por el llamado «Apóstol de Andalucía», San Juan de Ávila, que había escrito un tratado titulado «Del Santísimo Sacramento» y que entre 1525 y 1569 desarrolló una intensa labor como predicador en Andalucía y especialmente en las provincias de Córdoba, Granada y Jaén.
La fiesta del Corpus formaba parte, junto a la de la Inmaculada Concepción y el Santo Entierro, de las que se financiaban a expensas del Ayuntamiento, que nombraba cada año a varios diputados para que la organizaran con la mayor pompa y esmero. Así, en 1820, el nuevo Ayuntamiento de signo liberal elabora un presupuesto en el que se destinan a la fiesta del Corpus 4.400 ducados, cantidad muy superior a las que se asignan a las demás fiestas de financiación pública. No obstante, la programación festiva parece haberse simplificado a través de los siglos, si tenemos en cuenta la cantidad y variedad de actos que en siglos pasados se organizaban con motivo del Corpus.