Todos los años el jueves del Corpus Christi, una solemne procesión acompañando al Santísimo, recorre las calles principales de la localidad. En la que el sabor árabe de los lugares del casco antiguo se mezclan con el olor a incienso y pétalos de rosas lanzados desde los balcones. En las puertas de numerosas casas se instalan altares de flores con macetas y mantones bordados para recibir al Santísimo.