La pobreza, en sí misma, es una causa y consecuencia de las violaciones de los derechos humanos,viéndose expuestas regularmente las personas que viven en ella a la denegación de su dignidad e igualdad, por lo que reducirla y erradicarla es una obligación de todas las sociedades.

Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, a nivel mundial, ya son más de 800 millones de personas las que aún viven con menos de 1,25 dólares al día y carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados.

Hace 30 años, el 17 de octubre de 1987, el padre Joseph Wresinski hizo un llamamiento para luchar contra esta lacra, animando a conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema. Cinco años después la Asamblea General, inspirada en ese llamamiento, declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.