Una de las ferias más antiguas de la provincia de Sevilla de la que se tienen datos que nos remontan a la edad media, una época en la que las ferias eran lugares de compraventa de productos artesanales, agrarios y ganaderos. Este evento se desarrollaba en torno al convento de San Jerónimo afamados por el jabón y el vino que producían en sus almonas y bodegas.
En 1691 una Real Cédula de Carlos II dada en Aranjuez, autorizó a los monjes a organizar una nueva feria franca en la localidad, que se celebraba en octubre.