La Feria de San Antonio de Chiclana de la Frontera se desarrolla en el emblemático recinto de Las Albinas del Torno. Esta festividad, que hunde sus raíces en 1836 cuando se concedió como feria de ganado, ha evolucionado hasta convertirse en uno de los eventos más destacados del calendario festivo andaluz, conservando su esencia tradicional mientras incorpora elementos contemporáneos. El programa arrancará el miércoles 11 con el encendido del espectacular alumbrado que ilumina el recinto, seguido de días temáticos dedicados a la Mujer, las Personas Mayores, el Turismo y el Vino, culminando el domingo 15 con el Día del Niño y precios especiales en atracciones.
El corazón de la feria late en el paseo de caballos por el Real y en las casetas donde resuenan las sevillanas, espacios de encuentro que mantienen viva la tradición. El ayuntamiento fomenta el consumo del vino local mediante subvenciones a las casetas que ofrezcan exclusivamente caldos chiclaneros, mientras que el alumbrado artístico, con más de un millón de puntos de luz, transforma el recinto en un escenario mágico. El cartel anunciador, obra de Daniel Franca, captura la esencia de la feria a través de un bodegón que incluye elementos característicos como la pizarra con la carta de tapas, los claveles y el omnipresente "rebujito".
Aunque originalmente surgió como evento comercial vinculado al portalejo (remate de diezmos del Obispado) y no como celebración patronal -Chiclana tiene a San Juan Bautista como patrón-, la feria ha mantenido su fecha en torno al 13 de junio por tradición histórica. El traslado desde su ubicación original en la Alameda del Río al actual recinto de Las Albinas marcó un punto de inflexión en su desarrollo, permitiendo su expansión y modernización. Hoy, este espacio multiusos acoge durante todo el año diversos eventos, pero durante cinco días de junio se transforma en el epicentro de la fiesta chiclanera, donde conviven lo lúdico, lo tradicional y lo gastronómico en una atmósfera única que atrae a visitantes de toda Andalucía.