Este día es festivo local en Lucena puesto que se celebra a la patrona del pueblo. Las distintas actividades en su conjunto se conocen como fiestas aracelitanas, declaradas de Interés Turístico Nacional
La fecha de la celebración siempre está en torno al primer domingo de mayo, el día de la madre.
La devoción a la Virgen de Araceli tiene su origen cuando el II Marqués de Comares, Señor de Lucena, visitó Roma y quedó prendado de la imagen de la Virgen de Aracoeli. Mandó tallar una réplica de la misma para traerla a Lucena.
Las fiestas en honor a la Virgen comienzan cuando es bajada en romería desde su santuario, erigido en la cima de la Sierra de Aras. En un recorrido de unos 6 km. en los que, mediante Santeros una parte del camino, y el pueblo, la otra, procesionan a la patrona, hasta llegar a la ciudad, donde la aguardan la Aracelitana Mayor, y su corte de honor, que la acompañan hasta San Mateo, lugar donde normalmente reside la imagen hasta su subida de nuevo al Santuario. Comienzan un viernes con el Pregón Aracelitano, y continúan el sábado, con la ofrenda de flores, en la que la mayoría de los lucentinos participan, y en las que la Aracelitana Mayor y sus damas ataviadas con el traje típico lucentino adornan el altar de la Virgen con las miles de flores recogidas para esta. La fiesta continúa el domingo, en la que la Patrona es procesionada por las calles de Lucena por santeros, todo un honor y orgullo para éstos, pues son sólo treinta y seis los elegidos. Mientras la Virgen avanza un sinfín pétalos de flores son lanzados a su paso, al tiempo que el pueblo canta su Himno. Una vez que la Imagen se acerca a su templo, miles de cohetes y fuegos artificiales, inundan el cielo de ruido y colorido.