La «Fiesta Colonial de los Huevos Pintados» es una costumbre que se revive cada año con entusiasmo en niños, jóvenes y adultos de Cañada Rosal. El sentido de esta fiesta de los huevos pintados hay que buscarlo en la Pascua, ya que el huevo es símbolo de la fertilidad, de la inmortalidad y de la vida, por ello se hace coincidir con la fiesta cristiana del Domingo de Resurrección y con la llegada de la primavera. La fiesta se celebra el Domingo de Resurrección, pero varios meses antes ya se empieza a trabajar en ella. En los centros educativos de la localidad se habilitan aulas específicas para el desarrollo de Talleres de pintura y decorado de huevos. Los alumnos trabajan en ellos y para el día de la fiesta todos los huevos de cada curso se colocan en canastos con los que se monta una exposición en la Plaza Santa Ana. Además estos huevos entran en un concurso.