El baile de los locos tiene una procedencia no del todo fiable. Según algunos investigadores, llegó del centro de Europa a través de los primeros colonos, provenientes de Alemania, Bélgica, Suiza e Italia, allá por el año 1767. Uno de los datos curiosos en relación a este origen se halla en un mapa de 1731, propiedad de un anticuario suizo, donde se dibujó sobre la piel de un animal un pueblo llamado Loco , y que estaba situado cerca de la antigua Córduba . También se relaciona con bailes de ánimas de otros pueblos, el más cercano Ecija, así como con ritos y danzas agrarias romanas. En ellas se representan a los inocentes en la famosa Matanza de Herodes descrita en la Biblia, y donde las madres se vuelven locas en su deseo de proteger a sus hijos. La danza está protagonizada por sus siete danzantes, seis "locos" y una "loquilla". Los locos o tontos danzan y sus movimientos, "lances" o "marías", se dedican a la Virgen de Guadalupe, a los locos y a todos aquellos que han continuado la tradición, dirigidos por el capitán de espada. Bailan a ritmo de la música entonada por dos guitarras, la "carrasquiña", los platillos y el pandero y castañuelas adornadas con cintas de vivos colores que tocan los danzantes. Los locos visten enaguas bordadas, faja moruna, zapatillas, medias o leotardos, pantalón, camisa, banda, pañuelo al cuello y a la cabeza. El Baile del Oso, que representa la expulsión de lo no deseado para que el año que comienza sea próspero y con abundantes cosechas. Un domador, vestido con ropas viejas, barba postiza y un palo, lleva atado con una cuerda al oso, al que va azotando para que baile, salte y se revuelque por el suelo, con el objetivo de espantar los malos augurios. Mientras tanto, el animal va asustando a los niños, algunos de los cuales, los más valientes, también intentan golpearle.