Su feria y fiestas las celebra esta villa para la festividad de Santiago, el 25 de julio, de quien toma su nombre, y a quien la tradición popular ha querido hacer protagonista de una leyenda según la cual el propio apóstol Santiago prestó su caballo a un santiaguero que, viéndose acusado falsamente de haber incendiado en las afueras de la villa la cosecha de trigo, debía demostrar con premura su inocencia ante el juez, consiguiendo a lomos de tan afamado corcel blanco verse libre de tal acusación al poder llegar a tiempo de probar su inocencia en la causa en la que falsamente había sido acusado.