Cuenta la tradición que unos pastores estaban guardando su rebaño y se encontraron la talla de la Virgen en el actual emplazamiento de la ermita.
Los villafranqueños, con el deseo de tenerla más cerca, comienzan a edificarle el templo en un lugar más próximo al pueblo, pero las obras se derrumban sorprendentemente y -de modo inexplicable- aparecen los materiales en el lugar del hallazgo.