Apenas entrada la primavera, concretamente el fin de semana después del Domingo de Resurrección, los sanluqueños celebran las fiestas en honor de su patrona: LA VIRGEN DE LA RÁBIDA.
Son cuatro los días, incluido el Lunes, en el que la diversión se torna fervor y religiosidad, en los que se pasea a esta bella imagen por las calles del pueblo, llevada a hombros por sus vecinos y bien escoltada por jóvenes danzadores ataviados con trajes típicos y arcos de flores.
Se trata de una celebración fundamentalmente religiosa, que se complementa con otras actividades lúdico- festivas y en las que se conjugan diferentes matices y sensaciones que hacen de ella una cita interesante para el visitante.