Sabiote se traslada en el tiempo para situarse en pleno Renacimiento engalanando su castillo de la Orden de los Caballeros Calatravos.
Calles y plazas se convierten en un gran escenario con música, bailes y actuaciones. Pero los caballos son los otros grandes protagonistas de estas fiestas por sus conocidas carreras. De tal forma que el pueblo se transforma en un improvisado hipódromo, igual que sucedía en la época medieval. En aquel entonces, los caballeros competían por dinero y prestigio en unas carreras, que, además de ser el origen de las actuales carreras, el Rey controlaba a través de un representante oficial.
Todo ello confluye en tres intensos días con una agenda completa de actividades con desfiles de tropas, justas, danzarinas orientales, faquires que incluyen la rememorar la batalla y la procesión que siguió a la entrada de las tropas conquistadoras.