Los hermanos del Buen Fin representan a una secta, una comunidad de hippies que siguen ciegamente a su líder en busca de la Gran Verdad. La propuesta carnavalesca de la chirigota del Bizcocho para este año ofrece la oportunidad de disfrutar de un repertorio que es un derroche de felicidad.

Los miembros de la fraternidad psicodélica trascendental más colorida, alegre y dinámica del año, hacen participar al público de su actuación mientras se aseguran alucinaciones lamiendo un sapo en el que han colocado el pito de carnaval.

Antonio Álvarez Bizcocho y su grupo apuestan de nuevo por el humor negro e inteligente, sin trucos ni recursos fáciles, un esfuerzo muy complejo que busca más la sonrisa permanente que la carcajada puntual, que tampoco se desdeña.

La Presentación, los Pasodobles y Cuplés de Los hermanos del Buen Fin llevan el sello propio de su autor, que ha completado la obra con un Popurrí que es la joya de la corona y que logrará sumar miles de nuevos adeptos a la secta del Bizcocho.