San Antón o San Antonio Abad es el protector de los animales domésticos. Por eso, en muchos municipios se celebra esta noche encendiendo lumbres que permiten a los vecinos reunirse alrededor de ellas y compartir los productos de la matanza, calabazas asadas o rosetas, animados por la música de los melenchones. Es además el símbolo de que la cosecha de aceituna toca a su fin, ya que en muchos lugares este es el momento en el que se prende fuego al ramón de los olivos que se desbroza durante la campaña. Jaén, Linares, Úbeda, La Guardia, Bélmez de la Moraleda, Arroyo del Ojanco, Carchelejo, Cabra de Santo Cristo..., en casi todos los municipios las hogueras se prenden en los puntos más señeros de la ciudad al anochecer. En la capital, por ejemplo, los colectivos vecinales compiten entre sí para organizar la lumbre más animada sobre la que cuelga un monigote, el ‘pelele’, que simboliza todo lo negativo que quieren eliminar con el fuego.